Todo empezó en Suecia en 1978, cuando llegó el momento de volver a la escuela. Desde ese momento decisivo, prácticamente en cualquier parte del mundo, si mantienes los ojos abiertos el tiempo suficiente, probablemente verás Kånken, la mochila más reconocible del mundo.
Enderezar una generación de estudiantes
A finales de la década de 1970, las estadísticas mostraban que casi el 80 por ciento de la población sueca había sufrido dolor de espalda en algún momento de su vida. Lo más inquietante de esta noticia fue que los problemas de espalda empezaron a aparecer en la infancia. La teoría predominante era que el problema se debía a los pesados bolsos de hombro populares entre los niños de la época.
El fundador de Fjällräven, Åke Nordin, siguió esta historia y durante una visita de primavera a Stockholm se inspiró para diseñar una mochila cuadrada funcional y cómoda solo para niños. Tendría suficiente espacio para sus libros de texto y papel (dos carpetas A4, para ser exactos) y estaría hecha del material más duradero que pudiera encontrar. Decidió pasar las correas de los hombros a lo largo de toda la parte posterior del bolso para que permanecieran tensas en las asas. Finalmente, incluyó un cojín de asiento extraíble que se guardaba en el bolsillo interior trasero de la mochila, evitaba que el contenido rozara tu espalda y era útil cuando necesitabas tomar un descanso y sentarte.
Y lo más importante, la mochila dejaría las manos libres de los niños para otras actividades. Como viajes al bosque, donde necesitas tus manos para arrastrarte entre ramitas y hojas, examinar hormigas, recoger renacuajos y asar pan al fuego.
La primera mochila Kånken se fabricó justo a tiempo para el año escolar 1978 en colaboración con la Asociación Sueca de Guías y Exploradores. Al final de los años La 70ª organización atrajo a más de 80.000 niños a actividades al aire libre a través del movimiento Skogsmulle. Los niños aprendieron sobre la naturaleza al aire libre en el bosque. Kånken pronto se convirtió en sinónimo de experimentar la naturaleza. En el bosque, con las manos libres, los niños aprendieron un viejo dicho sueco: "No hay mal tiempo, sólo mala ropa".
Lo mismo parecía aplicarse también a las mochilas.
Romper fronteras… ¿con color?
Gracias al cuñado del creador, que era reportero de un tabloide sueco, y su artículo sobre una mochila que podía aliviar el dolor de espalda en los niños, todos conocieron este revolucionario producto. Esta asombrosa historia se publicó más de 100 veces y contribuyó significativamente al desarrollo de la marca.
El éxito de Kånken fue enorme: la mochila adornó la espalda de niños y adultos en Suecia y Dinamarca durante varias décadas. Sin embargo, sólo se vendió en pequeñas cantidades fuera de estos dos países. Con una excepción: Japón. En 2006, durante una visita de rutina de un proveedor a Osaka, el recién nombrado CEO Martin Axelhed se reunió con Åke para proponerle una idea: un colorido lavado de cara para Kånken.
Hasta entonces, Kånken sólo estaba disponible en unos pocos colores. En 2008, justo a tiempo para Kånkena, se introdujo un concepto nuevo y audaz. Los colores dieron personalidad e individualidad a la mochila, pero fue la esposa de Martin quien notó un vacío en la nueva paleta. ¿Dónde estaba el rosa?
Aunque Kånken era un producto arraigado en la tradición, era una pregunta legítima. Se ha introducido el rosa y una gama de aún más colores.
Arte Popular
Kånken comenzó su viaje transatlántico en 2007, cuando la mochila estuvo disponible en minoristas selectos que marcan tendencia en todo Estados Unidos. Pronto, Kånken apareció en revistas, blogs y colgaba de los hombros de hipsters y celebridades. Estados Unidos fue la plataforma de lanzamiento global que Kånken necesitaba y la gente empezó a hacer de Kånken parte de su identidad. Fanáticos de todo el mundo personalizaron sus mochilas, las llevaron por todo el mundo y publicaron contenido en las redes sociales.
Manteniéndose fiel a su diseño único y simple, la mochila ha ganado el estatus de marca global en la cultura pop. LaSociedad Sueca de Artesanía y Diseño incluso reconoció Kånkencomo una obra de arte aplicado. Ahora tiene protección bajo la ley de derechos de autor